Don Marino lanza su modelo de franquicias y busca nuevos socios gastronómicos
Con más de diez años de experiencia y tres sucursales funcionando, Don Marino, la marca de pizzas y empanadas, abre su sistema de franquicias para emprendedores que buscan un modelo probado, rentable y acompañado desde el inicio.

En un mercado argentino con múltiples propuestas gastronómicas, Don Marino logró consolidarse con una idea sencilla: trabajar con compromiso, cuidar el producto y mantener la cercanía con sus clientes. Esa misma lógica es la que hoy traslada a su formato de franquicias.
La historia empezó como un proyecto familiar, impulsado por dos hermanos y su madre. Uno de ellos se introdujo en el mundo de la gastronomía a los 18 años, y con el tiempo sumaron experiencia y estructura. Lo que en un principio fue un local pequeño, se transformó en una marca con identidad reconocible y clientela sostenida.
Presencia actual y operación diaria
Actualmente, Don Marino emplea a más de 30 personas y cuenta con tres puntos de venta: La Lonja, Las Piedras y Caamaño. Las sucursales abren todos los días, de 8 a 23 horas, y atienden tanto pedidos al paso como consumo en el lugar.
El diferencial principal está en el producto, desarrollado con procesos simples pero consistentes. La masa, los rellenos y el armado siguen un sistema que puede replicarse sin depender de chefs ni proveedores exclusivos. Esa lógica facilita la expansión y permite mantener el mismo estándar en cada local.
Un modelo probado antes de escalar
La decisión de abrir el modelo a franquiciados se tomó después de validar internamente la operación en distintas zonas. La marca ya tiene experiencia en gestionar múltiples puntos y preparar nuevos equipos desde cero.
Para profesionalizar este proceso, Don Marino trabaja junto a la consultora Canudas, especializada en desarrollo de franquicias. Esto asegura un marco técnico y comercial sólido para quienes deseen invertir.
El modelo contempla acompañamiento permanente, formación previa a la apertura y asesoramiento en la puesta en marcha. La inversión estimada se recupera entre los 18 y 24 meses, con márgenes positivos desde los primeros trimestres, según el rendimiento de cada plaza.
La propuesta está pensada para personas con o sin experiencia previa en gastronomía. Lo importante es el compromiso con el negocio, la operación diaria y la conexión con los valores de la marca.
Más allá de ser una pizzería y una empanadería, es un modelo que transforma una idea simple, compartir un don, en una oportunidad real de trabajo e inversión.
Don Marino sigue dando pasos agigantados y ahora está listo para expandirse mediante el modelo de franquicias. Se abre así una oportunidad para nuevos socios que deseen crecer junto a un equipo con experiencia comprobada en el camino al éxito.
“Lo que más destaca a Don Marino es que no hay igual en el mercado. Nuestros clientes lo dicen: nuestras empanadas superan incluso a marcas muy reconocidas. Esa autenticidad y ese sabor hacen la diferencia”, afirma con orgullo Marcelo, uno de los fundadores, destacando la fidelidad del público y la excelencia del producto.
por Karina Longo
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