Las diferentes fases para llegar a ser una franquicia son:

En primer lugar, se encuentra la evaluación. En dicha etapa se analiza la viabilidad del negocio y de su franquiciabilidad. Además, se examina el registro de marca y su reconocimiento, el mercado potencial, la rentabilidad, la facilidad de transmitir su Know How, como así también, los requisitos legales.

Luego se continúa con la estructuración. En este proceso se desarrolla el modelo de franquicia. Se determinan sus cuestiones estratégicas, se estandarizan las operaciones, se define la asistencia técnica y comercial al franquiciado y se confecciona el contrato.

Posteriormente, se deben hacer acciones para mostrar o exhibir su concepto de negocio en el competitivo mercado de las franquicias. Esta etapa se llama exposición ya que da a conocer el negocio, demuestra sus oportunidades y fortalezas como también sus diferenciales.

Ya acercándose al final de las etapas comienza la expansión de la marca, es decir, la apertura de franquicias. Se empieza por la zona de influencia de la marca, siguiendo por las ciudades más cercanas y de ahí, extendiéndose a nivel nacional, para luego pensar en exportar la franquicia a países limítrofes y más allá.

Por último, los negocios cambian y, por lo tanto, las franquicias deben adaptarse a las circunstancias, a nuevas tendencias y tecnologías. En esta fase de evolución la innovación y el desarrollo son los pilares fundamentales.

Desde los primeros pasos que se dan para comenzar a ser una franquicia hasta el final, cada etapa es muy valiosa. En el mundo dinámico de las franquicias, el secreto está en aprender de cada fase y seguir evolucionando.