Chiazza, la chocolatería artesanal que satisface los antojos dulces, está encarando un gran proyecto: la expansión a través de franquicias
La idea de franquiciar siempre había sido una opción, pero, los emprendedores no se animaban por temor a lo desconocido. Una frase de los especialistas les hizo cambiar de opinión. Hoy la PyME busca seguir creciendo exponencialmente bajo el paraguas de las franquicias.

En 2003 Carlos Grimaldi y Graciela Rivero comenzaban a dar forma a Chiazza, una chocolatería artesanal familiar dedicada a la venta de bombones. Desde un comienzo, la idea del matrimonio era vender bombones en la fábrica como regalería, sin embargo, por pedido de los clientes, en 2010 decidieron abrir un primer local. ¡Fue un éxito! El negocio siguió creciendo y ampliándose con más tiendas y nuevos productos.
Hoy tienen 4 locales propios más una fábrica-local, cuentan con 30 empleados y con una franquicia. Los clientes pueden degustar diversas variedades de productos de chocolates, bombones y tabletas. La marca comenzó a innovar con productos congelados, no congelados y sin azúcar. También realizan mermeladas.
“Chiazza produce aproximadamente 10.000 kilos de chocolate por mes. Tenemos fábrica y capacidad de producción para afrontar más puntos de venta. Buscamos franquiciar por eso, queremos potenciar nuestra marca y aparecer en muchos lados de la Argentina”, dice Renzo Grimaldi, CEO de Chiazza.

“Las franquicias no se venden, se otorgan”
La inversión total para franquiciar es de U$D 29.000, ya con el stock incluido adentro del local y el recupero aproximado de 18 meses. El perfil de franquiciado que buscan es el de personas proactivas que tengan presencia en el local y que se involucren en el día a día; y el modelo que ofrecen es llave en mano.
La relación precio-calidad. La experiencia de más de 20 años -de la cual aprendieron de los aciertos y las equivocaciones- se trasladan al franquiciado. Transformando los errores en experiencia.
Desde Canudas, Profesionales en Franquicias, trabajaron en el proceso de desarrollo de la franquicia y en la actualidad, consideran que está lista para prosperar.
“El trabajo con Canudas fue excelente, era una parte de nosotros que desconocíamos, el lado de franquiciar, y ellos nos asesoraron en todo: desde el lado legal, desde la administración, desde la organización y también en el poder mostrar algo diferente. Una de las cosas que aprendimos de ellos es que: “las franquicias no se venden, se otorgan” y eso fue un quiebre importante en nuestra mirada hacia la franquicia”, explica el empresario.

Siguiendo el hilo, afirma “el franquiciar para nosotros siempre había sido una opción, pero nunca lo habíamos hecho principalmente por esos temores y bueno con Canudas fue eliminarlos y poder salir a vender nuestra franquicia como siempre quisimos”.
Haciendo un paréntesis, esta frase sugiere que la relación entre la empresa matriz y el franquiciado va más allá de una simple transacción financiera. Otorgar una franquicia implica confianza mutua, colaboración y compromiso a largo plazo.
La dirección de la marca prevé abrir nuevas sucursales en cualquier provincia de Argentina a mediano plazo. Aspiran a seguir creciendo con productos, con presencia, con marca y con locales de venta. Según comentan desde Chiazza en cada reunión familiar o de amigos siempre hay un bocadito de la marca, dado que es un chocolate muy halagado, que gusta y hace quedar bien.
por Karina Longo
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